Si no puedes quitarlas, evita que se reproduzcan

Hace poco más de un año, el 16 de marzo de 2012, la vicepresidenta del Gobierno anunció una reorganización del sector público empresarial «bajo los principios de eficiencia, economía y estabilidad presupuestaria». Ayer, reunida con los consejeros autonómicos de Presidencia de las comunidades gobernadas por el PP, tuvo que admitir que cerrar cualquier organismo público en España es una tarea complicadísima que puede doblegar la más férrea voluntad política.

Saénz de Santamaría reconoció que aquella famosa sociedad pública creada para el Quinto Centenario del Descubrimiento de América que ella misma puso en su momento como ejemplo del exceso de burocracia y desidia administrativa, todavía no ha podido ser extinguida.

Son tantas las dificultades que plantea eliminar alguna entidad estatal o paraestatal (empresa o fundación), que el Gobierno ha decidido situarse en el otro extremo del proceso y piensa endurecer al máximo posible los requisitos para que en el futuro se pueda crear alguna de ellas. A partir de que se apruebe la reforma administrativa será tan complicado eliminar como crear un organismo público.

Las comunidades autónomas siguieron con atención las directrices de la vicepresidenta y del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro. Ella insistió en los cuatro puntos que se deben atender: evitar duplicidades administrativas, extinguir organismos públicos, proceder a la simplificación administrativa y de procedimientos, y buena gestión del patrimonio público.

A Montoro, que hizo una encendida defensa de los municipios («no oigo que los ayuntamientos pidan más déficit») se le preguntó por la continuidad de las diputaciones provinciales. Conocedor de que hay una mayoría de las comunidades del PP que estarían a favor de suprimirlas, el ministro salió por peteneras y dijo que no deseaba discutir.

El ministro también se lamentó porque el mensaje de que el Gobierno ha ajustado en el sector público más de lo que se han subido los impuestos al sector privado «no cala». «Hablo de cifras, no de sensaciones, de cifras, pero el mensaje no llega», dijo Montoro. La vicepresidenta argumentó el viernes que el ajuste ha consistido en 2/3 de ahorros y 1/3 de aumento de ingresos vía subida de impuestos. Esta cifra es distinta que la que el propio Gobierno dio al anunciar los presupuestos de este año: Entonces dijo que en 2012, el aumento de ingresos supuso el 56% del ajuste y el ahorro el 44%. Para 2013 se preveía un vuelco: 58% en ahorro y 42% en impuestos, pero este ejercicio aún no se ha cerrado. El Gobierno basa su nueva proporción en la ejecución presupuestaria de 2012, pero esos cálculos minimizan el esfuerzo del sector privado al no considerar el impacto de la recesión en la recaudación tributaria.

john.muller@elmundo.es